sábado, 30 de marzo de 2013

En la cárcel


Eso que la cal nos comió
No eran ya rostros
Bertold Bretch

Este muro tiene las mismas heridas de mi carne,
Sus huesos son los míos y de mis predecesores,
Un día le crecerán alas para soñar, preferiría
Mejor unas garras…
Muro, hermano mío,
En tus entrañas se desdibuja un jardincillo de
Mi infancia,
Correré como niño en tus pedregosas manos,
Son idénticas a las mías, tus arrugas, tu dolor
Veo en el fondo de tu pupila la noche con sus rejas,
El rostro de los asesinos,
Pero tu voz que es el silencio reconforta.
Buenas noches, hermano mío,
Mañana cantaremos junto al pueblo.

 Alfonso Hernández

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