sábado, 30 de marzo de 2013

En la cárcel


Eso que la cal nos comió
No eran ya rostros
Bertold Bretch

Este muro tiene las mismas heridas de mi carne,
Sus huesos son los míos y de mis predecesores,
Un día le crecerán alas para soñar, preferiría
Mejor unas garras…
Muro, hermano mío,
En tus entrañas se desdibuja un jardincillo de
Mi infancia,
Correré como niño en tus pedregosas manos,
Son idénticas a las mías, tus arrugas, tu dolor
Veo en el fondo de tu pupila la noche con sus rejas,
El rostro de los asesinos,
Pero tu voz que es el silencio reconforta.
Buenas noches, hermano mío,
Mañana cantaremos junto al pueblo.

 Alfonso Hernández

viernes, 29 de marzo de 2013

Bitácora de realidades V


Soñé que había ciclones
inundando casas, campos, las ciudades
y que flotaban animales río abajo;
en las calles nadaban cocodrilos
mientras la gente tiritaba
en azoteas y en árboles, llorando.
Soñé también un bombardeo
desde aviones y tanques, desde barcos
que a miles de kilómetros mostraban
su poder tenebroso, imperturbable,
luciendo sin pudor una bandera
de estrellas sobre barras blancas, rojas.
Traté de frenar la pesadilla
pero a continuación surgió ante mí
un campo devastado por matanzas
y niños lentamente agonizando
de un hambre ósea, ilógica, siniestra.
Soñé a continuación con un banquete
donde hombres y mujeres bien vestidos
se mentían mutuamente mientras urdían
cómo obtener más oro, cómo quedarse
con las últimas tierras comunales.
Soñé que la selva era talada
y sus habitantes no podían defenderse
contra gigantescos buldóceres,
contra los empresarios compradores de las leyes
y se morían también de enfermedades
fulminantes y extrañas, quizá nuevas.
Apareció en mi sueño brevemente
la guerra de baja intensidad
que los paramilitares y el ejército
hacían en un lugar llamado Chiapas.
Soñé que estaba en un país
donde la gente sólo hablaba repitiendo
lo que veía en la tele tarde a tarde
a pesar de saber que le mentían.
Soñé que el mundo estaba calentándose,
que los polos se estaban derritiendo,
y que algunos arrecifes habitados
comenzaban a ahogarse lentamente.
Ya no quería soñar pero seguía:
ante mis ojos ocurrían fraudes,
asesinatos día a día más violentos,
represión en las fábricas, minas, migración
de la gente que buscaba una salida
hacia otra realidad, dejando pueblos solos
como espejismos viejos que los días
tal vez terminarán borrando.
No sé cómo evadir la pesadilla,
el sueño se ha alargado tanto ya
que dudo llegue por sí misma la vigilia.
Trataré de tomar un sucedáneo:
tal vez pueda despertar
oyendo una canción de moda
o viendo una película filmada 
en un lugar que me recuerda a Hollywood.
Afortunadamente sé
que se trata nada más
de un sueño.


Ángel Carlos Sánchez

sábado, 23 de marzo de 2013

Penal en cuatro movimientos


(Fila)

Que no los pongan,
a los zetas junto a los otros,
los del cártel del Golfo.

Que los convenzan a todos, que los confiesen 
que les den hasta la extremaunción.
Que no esperen, que no llegue la noche
que no llegue para que se peguen con tablas,
bates y fierros…
Que no los torturen de madrugada,
que no les rocíen gasolina
que no los prendan
que el fuego no haga lo demás.

Que alguien haga algo para evitarlo
que no se cumpla la ley de la cárcel;
que no se mire, que no se calle.

(Aduana)

Un corto circuito no siempre provoca el incendio
los testigos ahí son muchos
y no les queda más remedio que aceptar
el atroz ataque y su intencionalidad.

Un celador y cuatro reos detenidos
el mando de la cárcel
y sus mismas manos criminales.

El penal es microcosmos de la ciudad
la lucha por el territorio es despiadada:
aquí en el penal como en las calles
los halcones sobrevuelan a los fuereños
planean sobre droga, armas
prostitución y privilegios.

Asesinatos, torturas
extorsiones y secuestros
son hoy nuestro pan de cada día
y motivo de fiesta con Buchanan´s
mujeres y cocaína.

Pasillos cubiertos de alambradas
púas cercando monstruos
equipados con Internet
blackberrys y nextel
los custodios simplemente dejan actuar
los privilegios de los jefes son algo normal.

(Túneles)

Que la narcoguerra no vuele sobre las cárceles
que no se imponga la pax del narco
que no surja la epidemia del “suicidio”
que no controlen las prisiones
ni ellos ni los estatales
ni mucho menos los federales.

Que el narco no secuestre a reos
para que la familia en la visita pague su “rescate”
y se les permita sobrevivir adentro
que no padezcan torturas y amenazas
que no recluten
que el poder no los seduzca
que no aumenten sus filas
que esos otros tengan un “consuelo”
siquiera la visita familiar.

Que no sean sádicos y los mutilen
que a los recién llegados no los golpeen
que los jefes no controlen y tengan el poder 
de decisión
que la corrupción de las autoridades
y el miedo de los internos y sus familias 
no se mezclen
que no se dobleguen las voluntades y acepten.

Que no exploten más granadazos
en Topo Chico, Cadereyta y Apodaca
la matazón de internos es angustia que mata.

 (Patio)

Por tanta Santa Muerte de oro al cuello
por eso estamos como estamos
por tanto culto que se rinde
en esas riñas en el patio
cuando llueve y se golpean
y todo prende y todo vuela:
desarmadores, bates y hasta “herramienta”.

Los charcos de agua se tiñen de rojo
es un sangrerío,
como de animales...
A los desmayados o muertos se los llevaban arrastrando
yo nomás me pego a la pared y pienso:
Señor, ten misericordia de estas criaturas.


POESÍA EXPERIMENTAL TESTIMONIAL. CONCEPCIÓN DE ADRIANA OLVERA CON CIMIENTOS DEL DOCUMENTO ESPECIAL “Penales del norte: hacinamiento, miedo, golpes, muerte y silencio” DE SANJUANA MARTÍNEZ PARA EL DIARIO MEXICANO LA JORNADA DEL 26 DE JUNIO DEL 2011. EN http://t.co/3BZwsE3
ARTE XEROX DE RINI TEMPLETON